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“De lo Intrínseco a lo Social: Una Mirada al Envejecimiento”

Veronica Bianco

El envejecimiento es un proceso natural y multifacético que abarca cambios intrínsecos y extrínsecos en el cuerpo humano. Los factores intrínsecos están relacionados con el envejecimiento biológico, determinado genéticamente, que incluye la disminución gradual de funciones fisiológicas con el paso del tiempo. Por otro lado, los factores extrínsecos son influencias externas como la exposición al sol, el tabaquismo y la contaminación, que aceleran el deterioro físico, especialmente en la piel.

Se entiende como un proceso continuo que ocurre desde la concepción hasta el final de la vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un fenómeno fisiológico que inicia al concebirse, generando cambios progresivos en las características propias de las especies. Estos cambios afectan la capacidad del organismo para adaptarse al entorno y varían entre diferentes individuos y órganos.

Es un proceso universal, irreversible y heterogéneo que implica, gradualmente, una menor capacidad de adaptación. Este fenómeno no sólo está marcado por factores biológicos, sino también por elementos sociales, culturales y emocionales que se desarrollan a lo largo de la vida. Así, el envejecimiento es cada vez menos dependiente de la edad cronológica y más influido por el contexto individual y social, convirtiéndose en una construcción social.

En el envejecimiento biológico, intrínseco y natural, los cambios son universales e inevitables, asociados únicamente al paso del tiempo. Por otro lado, el envejecimiento extrínseco, conocido como fotoenvejecimiento, resulta de la interacción con factores externos como la exposición prolongada al sol, y no es ni universal ni ineludible.

Desde una perspectiva social, el envejecimiento no solo es un fenómeno biológico, sino también una construcción social. Las normas culturales y los medios de comunicación a menudo imponen ideales de juventud, promoviendo la idea de que envejecer debe evitarse o disimularse. Esto genera presión para mantener una apariencia joven, lo que lleva a muchas personas a recurrir a tratamientos estéticos no invasivos como el uso de toxina botulínica, rellenos dérmicos y terapias con láser. (1)

Cambios en la piel

El paso del tiempo afecta progresivamente la piel: la dermis se adelgaza, disminuye su irrigación y elasticidad, lo que favorece la formación de líneas de expresión profundas. Las uñas y el cabello crecen más lentamente, surgen canas por la pérdida de función de los melanocitos, y aparecen cambios como vello facial en mujeres y nasal en hombres.

Durante la fase anabólica, la piel mantiene un aspecto terso, brillante y elástico, pero en la fase catabólica (alrededor de los 40 años), comienzan a aparecer arrugas y manchas seniles. Las áreas de piel expuestas al ambiente envejecen más rápido que las protegidas, debido a la influencia de factores externos como la luz ultravioleta, el clima y los radicales libres.

El fotoenvejecimiento, acelerado por la exposición prolongada a rayos UV, tabaco, alcohol y factores climáticos, empieza a manifestarse visiblemente a partir de los 40 años. Las zonas expuestas, como rostro, manos y brazos, son las más afectadas. En casos extremos, la piel pierde su capacidad de regenerarse, volviéndose más delgada y con evidentes signos de envejecimiento prematuro.

Para abordar el envejecimiento de manera saludable, se recomienda adoptar hábitos que promuevan el bienestar físico y mental. Esto incluye una dieta equilibrada, ejercicio regular, protección solar, hidratación adecuada y evitar el consumo de tabaco. Además, mantener conexiones sociales y actividades que estimulen la mente son esenciales para un envejecimiento pleno. (2)

Tratamientos sugeridos

  • Manuales: masajes relajantes y tensores. Rutina de skin care adaptada a las necesidades de la piel.
  • Aparatología y técnicas no invasivas: radiofrecuencia, hifu, peelings, electroporación, dermapen, hilos cosmetológicos, nanobotox, peptonas, plasma pen, terapia LED, entre otros.
  • Médicos: terapias como PRP, rellenos, laser y mesoterapia.

Recomendaciones para evitar el envejecimiento prematuro

  • Incorporar antioxidantes en la dieta.
  • Suplementación via oral.
  • Evitar la exposición excesiva a los rayos UV.
  • Mantener hábitos saludables de sueño y ejercicio físico.
  • Reducir el consumo de azúcar y tabaco.

El envejecimiento y los ideales de belleza están profundamente influenciados por las normas sociales y culturales, que han evolucionado significativamente en las últimas décadas.

El ideal de belleza como construcción social

La sociedad ha establecido estándares de belleza que, en muchos casos, están vinculados a la juventud y la apariencia física. Estos ideales se refuerzan a través de los medios de comunicación, la publicidad y las redes sociales, creando una presión constante para cumplir con ellos. En el contexto del envejecimiento, esto se traduce en una expectativa de “mantenerse joven” tanto en apariencia como en actitud, lo que lleva a muchas personas a buscar tratamientos estéticos y productos antienvejecimiento.

Hace 40 años, los estándares de belleza eran diferentes. En las décadas de 1980 y 1990, por ejemplo, se valoraba una figura delgada pero atlética, con piel bronceada y cabello voluminoso, influenciado por íconos como Cindy Crawford y Madonna2. La juventud seguía siendo un ideal, pero los tratamientos estéticos eran menos accesibles y menos comunes que hoy en día. La belleza se asociaba más con el estilo personal y la moda que con procedimientos médicos o tecnológicos.

Comparación con la actualidad

Hoy en día, los ideales de belleza han evolucionado hacia una mayor diversidad, pero la presión por mantener una apariencia joven sigue siendo fuerte. Las redes sociales han amplificado esta presión, con imágenes retocadas y filtros que crean estándares poco realistas. Además, los avances en la tecnología estética han hecho que los tratamientos no invasivos, como el botox y los rellenos dérmicos, sean más accesibles y populares.

Mientras que hace 40 años la belleza se centraba en la moda y el estilo, hoy se enfoca en la perfección física y la juventud eterna. Esto refleja un cambio en cómo la sociedad percibe el envejecimiento: de ser un proceso natural a algo que debe ser “combatido” o “disimulado”.

Impacto social y emocional

La presión por cumplir con estos estándares puede tener efectos negativos en la autoestima y la salud mental, especialmente en personas mayores que sienten que no cumplen con los ideales de belleza actuales. Sin embargo, también ha surgido un movimiento que promueve la aceptación del envejecimiento y la belleza natural, desafiando los estándares tradicionales y fomentando una visión más inclusiva.

“Envejecer es un arte que nos invita a abrazar cada arruga como un mapa de nuestras vivencias, cada cambio como un reflejo de nuestra resiliencia, y cada etapa como una oportunidad para redescubrir la belleza que reside en el alma y no solo en el espejo.”

Referencias Bibliográficas:

  1. Pérez, G. J. (2013). Cambios cutáneos asociados al envejecimiento. Revista Española de Dermatología, 10(1), 23-35. Recuperado de https://scielo.isciii.es.
  2. Soto, M. L. (2022). Envejecimiento social y su impacto. Revista de Ciencias Sociales, 18(2), 45-58. Recuperado de https://www.scielo.cl.

Verónica Bianco

Asistente en Medicina Estética y Fundadora de Body Care Academy